27.3.10

BARCELONA OLÍMPICA














La celebración de los juegos olímpicos de 1992 en Barcelona supuso una oportunidad para la ciudad. En los años ochenta, se asentaron las bases para la transformación de la ciudad mediante una estrategia basada en los espacios y equipamientos públicos. Fue toda una operación que actuó a modo de “acupuntura urbana”, localizando un problema o carencia y actuando en dicho punto. Los proyectos eran de muy diferentes escalas.
Se pusieron en marcha unas 300 operaciones de las cuales la mitad eran espacios públicos abiertos. En todas las áreas de la ciudad se cambió el uso del suelo de las áreas industriales o infraestructuras obsoletas en espacios públicos y equipamientos colectivos. Fue toda una operación con unas bases sociales muy marcadas, ya que las intenciones eran mejorar la vida de los habitantes de las diferentes áreas de la ciudad. Además, esto venía reforzado por un planeamiento metropolitano que limitaba las posibilidades de desarrollos especulativos.
Esta operación no actuaba sólo a nivel funcional, sino que redistribuía todas las áreas de la ciudad. El intermediador era el espacio público, que tenía como objetivo su uso social, promover actividades, incitar la presencia de nuevos colectivos humanos y garantizar el mantenimiento y la seguridad ciudadana futura de estos espacios.
Esta política se materializó mediante una estrategia que se desarrolló en toda la ciudad, frente a un planeamiento (no existió ningún plan que lo coordinase todo, fueron proyectos de reforma interior de las distintas áreas). Las bases de actuación fueron cinco puntos que configuraban una estrategia global: Respuesta a las demandas de espacio público y de equipamientos. 2- Grandes proyectos infraestructurales (rondas) que igualaban la accesibilidad a toda la ciudad. 3- Proyectos multifuncionales que mejorasen las cualidades del entorno. 4- Calidad del diseño. 5- Marketing urbano, generar atracción a la ciudad y posibilitar desarrollos económicos. Dentro de los grandes proyectos infraestructurales se construyó el tambor de les Glòries Catalanas, primer momento histórico en el que se consolidaba la unión de Diagonal, Gran Vía y Meridiana a ambos lados de la plaza. Sin embargo, en este momento se consideró que Barcelona terminaba allí,ya que el anillo elevado conectaba directamente con la autopista de Gran Vía para su salida de la ciudad.

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